Filosofía espinada y babosa

Guadalajara es una ciudad que late, y late fuerte, rápido, constante sin detenerse. Frases graciosas, comida enchilosa, grasosa y delliciosa, gente mosha y gente loca, tupida de iglesias, cafés y bares para aquellos que nos gusta alejarnos del exterior, mariachis panzones para no perder la costumbre, transporte urbano que hace a una poblana experta en viajar en micros y chombis darse cuenta que siempre habrá algo peor jajaja y que pa changos peludos y groseros en la 646 y si se quiere rebajar nalguita también, nomás hay que treparse al final pa que te cierren la puerta de jalón… En fin hasta aquí el trauma y pa descansar de eso, wanatos tiene coches con caballitos pa que se note la tradición conservada… ciudad orgullosa de su historia y llena de menumentos para no olvidar, …Guadalajara podría ser como cualquier otra ciudad, pero no lo es. Guadalajara para mi significa sueños cumplidos, aprendizaje, libertad, caos y estabilidad, soledad, confrontación conmigo misma y (nalguitas reducidas jiji buu)

¿Qué tiene en común Guadalajara con Ciudad Nopal? TODO. Sólo que en Cd Nopal todo se potencializa, no existen tibiedades, los contrastes es su sello particular y la fantasía su manera de actuar. Lo bueno y lo malo están en constante lucha y a la vez conviven como si uno dependiera del otro para existir.

Ciudad Nopal se alimenta de historias, de vivencias, de sentimientos y de sueños… Cada espina es una historia de vida, tan vieja, tan afilada, tan grande, pequeña, deforme, torcida, brillante o tan rota como la vida misma. Todas las historias se mezclan mientras se van tejiendo, todo es una maraña de situaciones, hay amores, desamores, traición, costumbre, recuerdos, olvidos, chismes frustraciones. Personalidades fuertes todas echas bola, que chocan, se unen, se desunen y vuelven a chocar. Todo es una falsa tranquilidad, como el mar esperando a que todos olviden su presencia para desatarse.

En Ciudad Nopal se vive a la nueva y vieja usanza, Todo tiene un dejo de ironía, la locura es lo “normal’ y es que en realidad no existe lo normal. Cada persona con sus pensamientos, conservando sus anhelos como su mayor tesoro, a veces tan bien guardados que se olvidan. Cada persona sobreviviendo y viviendo a la manera que se quiere. ¿Pues qué más se es que lo que se quiere ser en ese momento? Y es que si se quiere se hace o qué no? o cómo? O ya me me hice bolas.

Me imagino el clima de Ciudad Nopal, igual de loquito que en Gdl. Lluvia que no para y cuando para sol que no da sombra, y cuando da sombra es porque viene la nube gris (como diría Margarita) y vuelve a llover. Se respira humedad, nostalgia y vida.

Güeno pues hasta aquí llegué espero haberme dado a entender y si no, disculpen tapatíos, es que hablo en dialecto pipope atapatiado.

(Publicado por Soulita, 19 julio 2007)

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